Un concepto que se utiliza frecuentemente y que hemos escuchado muchas veces a lo largo de nuestras vidas. Posiblemente el lugar donde hemos escuchado más veces esta palabra es en entidades bancarias o financieras al momento en que adquirimos un préstamo personal, un crédito o incluso si solicitamos un préstamo online; al momento que la solicitud es aprobada escuchamos el depósito se realizará en breves momentos.
Para muchos, solo hay un tipo de depósito (ingresar dinero en una cuenta bancaria). La realidad es que esto se puede considerar como una definición pero las variables y tipos que van cambiando entre capital o plazo de depósito establecen diferencias que las entidades bancarias permiten a los clientes.
El depósito se caracteriza por ser un producto sumamente sencillo, simple de entender y de utilizar de igual manera, seguro y con una gran variable en cuanto a rentabilidades.
Con muchas semejanzas pero con diferencias muy marcadas, los tipos de depósitos para algunos se estiman como productos financieros absolutamente diferentes.
Debemos analizar las características para poder entender porque aunque son considerados depósitos, tienen diferencias tan marcadas.
A pesar de esto, hay que saber que hay dos factores fundamentales que marcan todos estos productos y son: cantidad de dinero que se deposite y el tiempo. A partir de estos factores emergen una gran variedad de tipos de depósitos.
Existen muchos tipos, lo importante es conseguir los tipos que ofrezcan la mayor rentabilidad y seguridad desde el punto de vista de garantías para el capital depositado. Para esto, las entidades se incorporan a fondos de garantías u otros fondos de protección. No se recomienda realizar depósito en entidades que no se encuentren cubiertas por estos entes que garanticen el capital que se deposita.
Aunque existen muchos, es un producto muy conocido. Suele generalizarse, considerarse lo mismo con sus diferencias específicas. Algunos más comunes que otros.
¿Cuáles son los tipos de depósitos tradicionales?
Se dice tradicional por ser los de mayor uso, más simples y comunes durante mayor tiempo. Es posible que ya todos hayan utilizado al menos dos de estas modalidades de depósitos. Estos son: los depósitos bancarios a la vista, a plazo, de regalo (no se recibe interés en dinero, sino regalos equivalentes a la cantidad adeudada), a intereses variables y estructurados. En este punto es fácil confundirse con la contratación de un préstamo, pero debemos tener en cuenta los conceptos anteriormente mencionados para esclarecer este problema. Un depósito bancario no es lo mismo que un préstamo personal o un crédito online.
Dentro del espectro de depósitos, estos son los más comunes. En adelante se detallarán mejor.
Estos tipos de depósitos no requieren un gran conocimiento en materia financiera para adquirirlos, son de fácil uso y con rentabilidad establecida y de fácil entendimiento. Basta con un mínimo de conocimientos sobre el producto y la disposición de realizar el depósito.
Depósitos bancarios a la vista.
Suele ser el tipo más común, funciona con cuenta corriente. Su principal característica es que da la posibilidad de que el cliente sustraiga en parte o totalmente el dinero que se ha acumulado en depósito. No es necesario un proceso o aviso antes de realizar el retiro, este puede hacerse en el momento que lo desee el cliente. Aquí radica su principal diferencia con otros depósitos, como a largo plazo.
Como la cuenta corriente, se utiliza para realizar transacciones diarias o cotidianas. Puede ser para empresas o personas naturales. Suelen ser usadas para domiciliación de pagos, cobros, cargar recibo, retirar dinero, transferir y realizar transacciones a través de cajeros. Con la posibilidad de asociar tarjetas tanto de crédito como débito. Permitiendo que las transacciones se realicen de forma más rápida, sencilla y cargadas al depósito en la cuenta.
De igual manera, los costos de tener este depósito son bajos, pues su destino es el uso cotidiano. Se le suele cobrar solo comisiones de mantenimiento cada cierto periodo de tiempo y también se cobran comisiones por las operaciones que se realicen.
Se caracteriza por la facilidad de uso del dinero o retirada, no se necesita aviso antes de realizar retiros, bajas comisiones por transacciones, comisión para mantener y operatividad, poder usar tarjeta de débito o crédito.
Depósitos bancarios a plazo.
Otro común, que seguro muchos ya han utilizado. Se puede decir, que el segundo más usado para obtener una buena rentabilidad sobre una cantidad de dinero que no pensemos en invertir o usar en un corto plazo. En el cual se entrega el dinero a la banca por un tiempo determinado por lo cual obtiene unos intereses como contraprestación en base al dinero depositado y tiempo que haya estado depositado. Los intereses son pagados de forma fraccionada o al final del periodo.
A pesar de que ofrece la opción de pedir el dinero previo al vencimiento del tiempo que se haya establecido, los bancos suelen establecer en los contratos penalizaciones de baja renta que se ofrecieron. Además, en contrario a esto, también ofrece la opción de renovar por otros periodos para seguir produciendo intereses.
Depósitos con Ventajas fiscales.
Es un novedoso tipo de depósito, caracterizado por que los intereses producto de este quedaron libres de tributar en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Este tipo de depósito tienen un periodo de cinco años, y con monto de capital limitado a cinco mil euros anuales; cada contribuyente sólo puede convenir uno.
¿Cuáles son los tipos de depósitos complejos?
Dentro de los tipos de depósitos más populares, los que tienen características más complicadas son: a interés variable y los estructurados y combinados.
Depósitos a interés variable.
En este tipo de depósitos, los intereses varían dependiendo de los indicadores que se acuerden. Si el indicador aumenta, mejor rentabilidad o en caso contrario baja, menor rentabilidad. No es un interés fijo, establecido en el acuerdo sino son indicadores como Euribor.
Depósitos estructurados y combinados.
Para muchos se debe tener sapiencia financiera para entrar en el juego con este tipo de depósitos. Cuentan con intereses fijos pagados dependiendo de cómo varíe un indicador, valores en cestas de acciones u otros activos que sirvan de medidor. La renta de este tipo de depósitos está atada al valor de activos próximos y se obtienen resultados aproximados de su evolución.